17 de mayo de 2011

'Mágico' González

El primer objeto que vio Jorge Alberto 'Mágico' González fue un balón de fútbol, y no se separó de él hasta su retirada, nacido en El Salvador, país de poca tradición futbolística, llego a ser una estrella en el futbol español y toda una referencia en el Cádiz, donde sus seguidores siguen admirándole.

Llegó a España procedente del Club Deportivo FAS de El Salvador. Jugó ocho temporadas en el Cádiz CF (con un año en el Valladolid de por medio), donde se labró a pulso una reputación que lo llevó a ser considerado el mejor jugador de la historia del club y también, sin lugar a dudas, el más fiestero. Al bueno de “Mágico” le gustaba dormir, el whisky y las mujeres sin medida. 

Tuvo varios hijos reconocidos y más de mil amantes. Las extraordinarias historias de Mágico siguen alumbrando conversaciones de fútbol en las tascas de la Cádiz. Allí lo adoran. "La noche me alucina. Además se la recomiendo a todo el mundo. Es un asunto serio. Un arte. Aunque también hay que hacer cosas durante el día" reconocía “Mágico” en una de sus entrevistas.

David Vidal, uno de sus entrenadores en aquella época, consciente de la importancia de un jugador como él para el equipo, lo perseguía por bares y discotecas, y Mágico se escondía en los rincones oscuros con su cubata en la mano hasta que lo perdía de vista. Alguna vez se quedó dormido en la cabina del disc-jockey. Dice Vidal: "Cuando el Barcelona se llevó de gira a Jorge a Estados Unidos, fui a recogerlo a su casa a las cinco de la mañana para llevarlo al aeropuerto de Sevilla. Abrió la puerta rápidamente y me dijo: 'Como que nos vamos a las cinco si todavía no me he acostado' ". Cuentan que el Barcelona no lo contrató porque en el hotel de concentración en California lo encontraron en la cama con una limpiadora. 

En Valladolid jugó una temporada, un año difícil, con malos resultados por la falta de aclimatación. "En Valladolid no me arreglaron ni el chino, ni la acupuntura ni el psicólogo". Volvió a Cádiz donde se le perdonaba todo.


Y aquí es donde nace la leyenda del gran “Mágico” González: En unas semifinales del trofeo Ramón de Carranza, no se presentó al estadio. De manera que el Cádiz hubo de enfrentarse al siempre temible Barcelona sin su máxima estrella. El rumor se extendió rápido por las gradas "¿Y Mágico? ¿Dónde está Mágico? Durmiendo la mona, seguro". Mágico traspasó el vestuario local al borde de la primera parte. Se desvistió tranquilo, aquejado de leves ardores en el estómago, se puso su indumentaria de trabajo, bebió un litro de agua de dos tragos y esperó sentado en el banco la llegada de sus compañeros, cruzado de brazos. La 1ª parte acabó con un resultado de 0-3 a favor del Barcelona. El 4-3 final permanecerá en la memoria de la afición  amarilla, en las retinas impresionables de los niños de Cádiz que acudieron aquel día al estadio. Mágico metió dos goles sublimes y dio las otras dos asistencias.

Una estrella perjudicado por su forma de vida, pero con un recuerdo imborrable en la memoria de todos los que le hayan visto jugar.


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