20 de enero de 2011

ANDRÉ AYEW


Pensando en el mayor éxito de la historia de nuestro fútbol hace unos meses recordé una selección que me llamó particularmente la atención y me agradó mucho por su fútbol físico, directo y ordenado. Yo diría la revelación del mundial. Creó muchas esperanzas en el continente africano y se llegó a tomar como firme candidato a dar la sorpresa a pesar de la importante baja de su gran estrella, el centrocampista del Chelsea Michael Essien, lógicamente hablamos de Ghana.

Recordando, como decía, me vino a la cabeza un EE.UU. vs Ghana en octavos de final y concretamente la imagen de un jovencito con el 13 a la espalda que jugaba de extremo, un tal André Ayew. A pesar de la gran cantidad de jugadores excelentes que formaron parte de esa plantilla como Prince Boateng, Annan, Inkoom o Gyan, me llamó particularmente la atención éste chico. Más tarde un amigo me dijo, que el chico en cuestión es hijo del mítico jugador ghanés Abedi Pelé, campeón de Europa en 1993 con el Olympique Marsella y galardonado en tres ocasiones como mejor jugador del continente negro.

Al ver jugar a André me vienen a la cabeza los grandes extremos, esos de toda la vida como Garrincha, Best, Futre, Figo, Giggs u Overmars (salvando las distancias por supuesto). Son gente nacida para desequilibrar los partidos por su banda, destrozando a las defensas con regates, asistencias, centros medidos y goles, muchos goles. Lamentablemente es una posición en peligro de extinción por así decirlo, por eso el fútbol ahora es más táctico y menos improvisado. Ayew es a mi entender una mejora de la especie y algunos os preguntareis el por qué. A los rasgos clásicos que caracterizan a un extremo como el desborde, el regate, el descaro o el gol se une la potencia característica de los africanos. Un auténtico portento de la naturaleza con un físico verdaderamente extraordinario. También actúa en la mediapunta dirigiendo todo el juego de ataque,  desde ésta posición guió a los Estrellas Negras hacia la consecución del Mundial sub-20 que ganaron a Brasil en 2009.


 Su carrera comenzó en el Nania F.C., un equipo de Accra presidido por su padre. Más tarde con 16 años llegaría al club marsellés destacando de tal manera que un tal Arsene Wenger se presentó en Marsella con 5 millones de libras (que se dice pronto) para llevarse al chaval al Arsenal. La respuesta de los dirigentes del club galo fue contundente y Wenger se volvió a Londres con lo puesto.

Tras la gran temporada que cuajó durante su cesión a Arles Avignon en la temporada 2009/10 y su gran Mundial el técnico Didier Deschamps dejó muy claro que quería contar con él en la plantilla del Olympique Marsella, que se acabaron las cesiones y que ya era hora de que el chaval demostrase que estaba preparado para dar el salto a un grande. Si fue tan contundente por algo será y para saberlo echaremos un vistazo todos los domingos al Vélodrome.


Artículo de Javier Balsells, colaborador de este Blog y experto en Futbol Internacional.

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